Nunca me salieron las piernas desde el cuello, mas bien son
casi desde las rodillas. Cortas y robustas… Caszely me gritaron mas de una vez…
y aquí estoy ahora, detrás de una barra con pantaletas y expectante.
El reggeton me tiene algo hastiada, he soportado impasible
mas reggetones que en toda mi vida; necesito la pega, necesito la plata.
Llevo dos clientes, el primero fue un amor, ¿el segundo? Un
viejo caliente al que le faltaban la mitad de los dientes, cagao’ mas encima,
no me invito ni un juguito.
Me cuesta abrazar, sobre todo a viejos calientes, parece que
tendré que hacer tripas mi asco, meterme en el personaje, jugármela por un jugo
y la propina.
Me gustan estas luces, son de submundo, da un toque de
atemporalidad exquisita, además las pieles bajo esta luz se ven mas lisas, como
perfectas, y mi pelo fluorece cuando me pongo debajo de la ultravioleta.
Mientras escribo aquí en la barra, en el subterráneo hay un
chico vomitando espuma, espuma por amor… que locura… no alcance a verle la
cara, el chico en cuestión es el que prepara los cafés, parece que se tomo unas
pastillas, llegaron hasta los pacos pa’ ver que onda… y ahí me transpiró el
hoyo! (menos mal que me lo depile), los pacos en el café y yo sin carnet, sin
ni una identificación mas que mi pelo rojo y mis piernas cortas, pero robustas.
El lugar en si es piola, los tipos que trabajan aquí son
bien buena onda… las chicas… bueno hay de todo, un par están muy guapas y
desbordan simpatía, en vola les invitaría un juguito… Vendrán lesbianas al
café? Aun no pregunto eso, ¿las atenderán igual? Me gustaría que vinieran mujeres
galanas a invitarme un par de juguitos, quizás el asco al manoseo disminuiría,
aunque las mujeres no son tan rancias para invadir el espacio…bah es lo que
creo, aun no me toca una vieja fleta.
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